En varias de las pinturas de la exposición aparece el motivo de la torre de de Babel. Y ésta puede ser una de las claves para introducimos en el mundo creativo de Juan Antonio Mañas y Brigitte Szenczi, pareja de pintores que trabaja y presenta sus obras conjuntamente en una particular sintonía.
La torre de Babel es una de las formas del laberinto, del jeroglífico, de las ruinas, de las ciudades solitarias… y de la melancolía, porque el argumento de la muestra no es otro que la melancolía moderna. La torre de Babel representa la pérdida de una unidad, es el símbolo de la confusión y de la dispersión. Previamente, el lenguaje nombraba las cosas mismas. Después de la torre, las palabras y las imágenes serán subvertidas. El lenguaje se transforma en algo hueco y postizo: ya no expresa una coherencia sino, al contrario, parece haber perdido el lazo que tenía con la vida. En adelante, los signos tendrán un carácter fantasmagórico, las imágenes y el lenguaje aparecerán como algo inasible. Ningún sistema podrá ordenar y explicar el mundo. Ésta es la conciencia del hombre moderno: el sentimiento de pérdida y extrañeza ante su entorno. Y es así como habla De Chirico de la “soledad de los signos»: éstos aparecen como fragmentos de significado flotando en un vacío de sentido. Encerrados en su soledad, semejan entidades extrañas y misteriosas.
En la exposición existen múltiples citas a la historia de la pintura; en algunas obras afloran fotogramas de películas como espectros; y en una de las piezas más ambiciosas de la muestra, Una doble concepción del tiempo de Brigitte Szenczi, objetos esotéricos habitan unos inquietantes pasajes. Intuyo que existe una fascinación por estas imágenes escurridizas que ─ como decía antes ─ pueblan nuestro imaginario con una irresistible fuerza de atracción. Pero al tiempo hay también una conciencia de su perversidad, de su carácter hipnótico, de su vacío…
En estos tiempos melancólicos, a sabiendas del carácter postizo de los signos, de la seducción y perversidad de las imágenes, ¿cuál es el papel del artista? Szenczi y Mañas exploran un lenguaje alegórico, en el sentido que hablaba Walter Benjamin: a partir de los restos depauperados de esa lengua primitiva que ha perdido su sentido crean nuevas asociaciones que son como destellos fugaces de significado. Pero esto no es otra cosa que la poesía, el único combatiente de talla capaz de enfrentarse a este mundo desertado por los dioses
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