Mitologias y arquitecturas figuradas
Entre un surrealismo inquietante y una metafísica de la arquitectura interior y exterior, las pinturas de B. Szenczi y J. A. Mañas, que el Museu Morera expone hasta el próximo día 4 de mayo, narran y describen escenografías en las que motivos mitológicos recrean temas del pintor y la pintura, bajo una estética de figuraciones nuevas, llenas de argumentos iconográficos y múltiples interpretaciones.
Reinterpretar la propia pintura, su sentido y su lenguaje es en sí el síntoma más generalizado de las artes plásticas de esta década; dando cabida así a la reconsideración de su historia y evolución, o al ir parejo de tendencias tan diversas que pueden encontrar una nueva lógica que resulta así enriquecedora. Eclecticismo, sin duda, que permite, como en estas obras de B. Szenczi y J. A. Mañas, el diálogo entre la mitología clásica, el primer Renacimiento italiano y flamenco, el Barroco, la literatura y el cine. Temas clásicos como el cuadro dentro del cuadro, el pintor y su modelo, escenografías de Brueghel o de Paolo Ucello, arquitecturas silenciosas de la pintura metafísica, mitos como los de Susana y los viejos, Edipo y la Esfinge, o más contemporáneos como el de Tarzán, pueden encontrar sus conexiones en esta narración que la exposición propone al espectador.
Explicar, como si de un guión cinematográfico se tratase, es así el punto de partida de estas obras en las que el tema sugiere su propia realización técnica; intentando resolverla a través de la acumulación de elementos y figuras que ordenan la composición. Motivando así la interpretación del argumento. Es así como en su narración el cuadro se convierte en un tema en el que su concepto tiene tanta importancia como la plasticidad conseguida. Como en el Barroco la semejanza se suple por un metalenguaje de elementos simbólicos que ayudan a descifrar la temática expresada. Como en le Barroco, también, la unidad del cuadro no es más que una acumulación de elementos llenos de significado.
Aún así tal barroquismo se deja llevar por una apariencia más irónica que conceptual, en que la búsqueda de un clima inquietante desmitifique la propia mitología tan presente en estas obras, mediante la utilización de colores vivos que distancia la técnica del tema, y especialmente a través de relieves que provocan efectos de trompe l´oeil y crean un ritmo especial a cada tema.
La ciudad museo
En su unidad temática y técnica compartida desde el año 1975, B. Szenczi y J. A. Mañas conservan su propia preferencia o diferencia, manifiesta además por firmar y realizar individualmente sus obras. La constancia de B. Szenczi se circunscribe a la reiteración del misterio de la arquitectura, llegando a configurar el sentido kafkiano de unas ciudades que albergan un museo simbólico de la mitología cultural mediterránea, por el que puede pasearse y descubrir sus estancias, accesos y salidas. El valor dado en ella a la escenografía es mayor que en el caso de J. A. Mañas, cuya determinación o preferencia por la figura humana y el retrato es más realista que simbólica.
Quien conozca la trayectoria de ambos – tan identificada con el peculiar espacio “Dos y Una” de Barcelona-, sabrá valorar el paso de su obra anterior, dedicada más a la iconografía cinematográfica y a la técnica del relieve como objeto pictórico y decorativo, hacia una línea más conceptual y pictórica, que en su modernidad no ha olvidado su sentido irónico y manierista.
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