Exposición Metarrealismo


Sala Parés de Barcelona.
Club Diario Levante de Valencia.
Museo Universidad de Alicante.
The Spanish Institute de New York.
Del 2000 al 2001.

Fragmentos del texto del catálogo, mayo de 2000

Autor: Juan Bufill

Pintura metarrealista

Durante la década pasada, la de los años 90, cuando se ha hablado de arte contemporáneo, se ha destacado a menudo el auge de las instalaciones y de la fotografía, y se ha considerado a estos medios o soportes como los más característicos del arte más innovador de estos años. Con menos frecuencia, también se ha señalado la vigencia de la pintura y de la escultura o de los objetos escultóricos, sobre todo en sus manifestaciones más abstractas y conceptuales. La exposición “Pintura metarrealista” quiere llamar la atención sobre una corriente pictórica que ha surgido más discretamente, que como tal no ha sido tenida en cuenta por los museos, bienales y publicaciones especializadas, pero que también se puede considerar representativa del arte contemporáneo en este fin de siglo, o ya principio del XXI, pues ésta es una exposición prospectiva, además de retrospectiva.

Esta muestra reúne a 18 pintores figurativos que trabajan en distintos lugares de España, pintores que habitualmente han sido considerados como excepciones aisladas, pero que así reunidos se pueden contemplar como integrantes de una corriente amplia y plural que, dentro de la pintura figurativa, se distingue tanto de la figuración expresionista como de las figuraciones realista y pop y de las propuestas en tono neoclasicista y kitsch. Es una corriente hasta ahora indefinida y dispersa, que ha ido surgiendo sin grupos, manifiestos ni programas explícitos, una corriente pictórica en la que cabe incluir a personalidades muy distintas entre sí, pero que me parece posible nombrar, definir de un modo muy amplio, como metarrealista. Metarrealista en el sentido que se sitúa más allá del realismo de un modo distinto que corrientes anteriores como el surrealismo, la pintura metafísica o el realismo mágico, con las que tiene a veces relación.

Estos pintores representan una actitud que me parece distinta y muy propia de esta época. Es decir, representan una opción plenamente contemporánea, que mira hacia el pasado y el futuro. Son artistas que sintetizan y enriquecen, que incluyen y no excluyen lo distinto y lo opuesto, que se sienten libres para no renunciar a nada que les interese personalmente, por encima de dogmas y consignas. Son pintores figurativos que han asumido plenamente las aportaciones del arte moderno y de las vanguardias, desde la pintura metafísica y el surrealismo hasta el arte pop y el conceptual y sus derivaciones, pero que también aportan visiones nuevas y a menudo expresan, significativamente, una cierta sensación de extrañeza ante el mundo.

Su pintura se distingue de las figuraciones neoexpresionistas que caracterizaron a los años 80 porque representa formas visibles con contornos y trazos contenidos, no gestuales, y se diferencia del realismo y del pop no sólo por aspectos formales, sino porque expresa principalmente vivencias interiores, deseos, miedos, ideas, utopías o ensoñaciones, a menudo con recursos poéticos como son la metáfora, la paradoja o la yuxtaposición inesperada. En la pintura metarrealista, las formas son reconocibles, pero los contenidos pueden ser misteriosos.

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Sin ir tan lejos, hablar de pintura metarrealista con motivo de esta exposición, significa aceptar que esta pintura tiene su punto de partida en lo real, en las cosas existentes o que han existido, pero que también hay un además y un más allá de las visiones exteriores, objetivas y concretas. Si el realismo quiere ser objetivo, atenerse a la realidad, ajustarse o sujetarse a sus aspectos materiales y superficiales, reproduciéndolos con exactitud verista y describiéndolos con detalle, el metarrealismo tiene en cuenta esos datos objetivos y concretos, pero se siente libre para dejar que actúen la imaginación y el deseo, la experiencia personal idealizante, la subjetividad con sus sentimientos, emociones, opiniones y recuerdos, con sus misterios y descubrimientos.

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Brigitte Szenczi y Juan Antonio Mañas trabajan y exponen juntos desde hace más de veinte años, realizando y firmando las obras casi siempre por separado, pero en ocasiones conjuntamente, como en La Casa del Abismo, una máquina de pensar inspirada por el escritor Ignacio Gómez de Liaño, o en La casa-mandala del Sr. Hoc, con la colaboración de Vicenç Ferran Martinell. Sus pinturas son alegorías sobre temas como el paso del tiempo o la falta de atención (Szenczi), o como la realidad y su representación (Mañas). Son casi siempre arquitecturas o paisajes con figuras, escenas y escenarios imaginarios con elementos simbólicos de carácter iniciático, pero también con detalles humorísticos, donde a menudo se reúnen el presente y el pasado, la memoria de la experiencia personal y la memoria cultural colectiva.

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He de decir que, para mi sorpresa, los 18 participantes en esta muestra han aceptado sin reparos que se definiese su pintura como metarrealista, y esto en tiempos donde lo sensato parece ser desconfiar ante cualquier ismo. Personalmente estoy en contra de todo ismo excluyente, empobrecedor, que se afirme contra otras opciones, como ocurrió en los tiempos de las vanguardias históricas y ocurre aún con algunos vanguardismos y retaguardismos actuales. No se trata en absoluto de afirmar ahora que lo artísticamente correcto vaya ser la pintura metarrealista, pero esta denominación puede servir para distinguir una corriente pictórica con características propias, para llamar la atención sobre su existencia dispersa, no nombrada, para recordar que la capacidad de realizar aportaciones artísticas innovadoras y válidas no es exclusiva de los artistas que emplean medios no tradicionales como las instalaciones objetuales o audiovisuales. Y también para recordar que, en el estéril debate que ha opuesto el arte abstracto al figurativo, se ha identificado abusivamente a la figuración con lo meramente retiniano, y que tampoco la abstracción tiene la exclusiva de la espiritualidad en el arte.

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